Me encontraba en un balcón muy hermoso, se divisaba el cielo de una manera muy bonita, era grandioso no escuchar ruido alguno, solo sumergirse en recuerdos, en ideas sobre el pasado, presente y futuro, tuve tiempo de pensar, de analizar, tuve tiempo de llegar a concluir el primer paradigma...

Podeis navegar en ese apoteósico mar, podeis nadar con todas tus fuerzas, llegando a todas las islas del mundo, si, son muy bonitas, lo sé, esperais una grandiosa bienvenida?, una noche de fiesta y muchos cocteles?, los vais a conseguir querido amigo, los vais a disfrutar estimado compañero, pero al final, quedareis naufragando, solo, desolado...

y no es esa soledad que se percibe en un balcón para reflexionar, no, eso si es hermoso, dejame decirte que es una soledad poco productiva, es jugar en el río buscando que te lleve la corriente, y tu cuerpo quedará desgarrado entre la velocidad y las piedras, el agua se pondrá turbia, rojiza, y anhelarás haberte quedado en la orilla, el viento soplará tan fuerte que arderán tus heridas, hasta perderte, hasta que llegues donde jamás nadie te pueda encontrar, suena trágico, pero precisamente ese es el truco, cuando entras al mar, sin darte cuenta te vas alejando poco a poco de la orilla, y si no tienes precaución te ahogarás muy lejos de poder recibir ayuda...

He camino poco, sin embargo, he tenido la oportunidad de discriminar muchos de esos lagos, ríos, mares, incluso "charcos", existe el agua pura, cristalina, que es la que te permite moverte de un lado a otro, sin ningún problema, pero existe el agua contaminada, el agua que ha creado el pastor, en busca de agrupar a todos los campesinos, en busca de dispersar la autenticidad mediante una novedad absurda, una novedad mentirosa.........mientras tanto, el viento helado, y el cielo gris, indicaban que iba a empezar a llover.