Queda un mes para tu llegada y son tantas cosas las que quiero hablar, las que quiero compartir, divisar nuestros nuevos estilos de vida, nuestro pasar del tiempo, sentarme en las escaleras de tu edificio y releer las cartas con aire cubano de partidas, regresos, encuentros, desencuentros, amores y desamores.
Queda un mes para volver a mirarnos a los ojos y descubrir cuanto hemos crecido, madurado pero que pese a nuestros errores o adjunto a nuestros éxitos, nos hemos recordado como un pasajero de puesto preferencial que así no vuelva a viajar ha dejado huellas de remembranza.
Queda un mes para fundirme en tu cálido abrazo y volver a tomar tus manos, será extraño...porque ahora la función, la modalidad y el objetivo es distinto.
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