Al mirar por la ventana...al frente muchos árboles y una silla vacía, aquella en la que el Adiós debió haberse dado para siempre pero no...sin embargo las cosas suceden por razones importantes, y esta vez fue para descubrir que la inocencia y la ingenuidad debe ser transformada en madurez, y el primiparo amor, debe convertirse en amarse a sí mismo.
El alma se siente libre cuando por fin lograr perdonar a sus agresores. Y eso se siente demasiado bien.
Ahora es el cuerpo quien permanece un poco resentido por la causa y el dolor físico solo es resultado de una exigencia absurda que es infundada...está empezando a amanecer y así el levantarse sea díficil porque los músculos están apretando como apretar dos manos que se quieren..es posible, como disfrutar que esas dos manos lo hagan.
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